—Este país es una ciénaga (…) Plantas cualquier arbolillo y las raíces empiezan a pudrirse, amarillean las hojas y se seca. Nosotros plantamos en esta ciénaga el cristianismo…
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—Este país es una ciénaga (…) Plantas cualquier arbolillo y las raíces empiezan a pudrirse, amarillean las hojas y se seca. Nosotros plantamos en esta ciénaga el cristianismo…
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Algo distinto, aún más espantoso: el silencio de Dios (…) Esta tierra negra del Japón estalla de gemidos cristianos, corre la sangre roja de los misioneros y se van derrumbando las torres de las iglesias. Dios tiene delante a las víctimas de este horrible sacrificio inmoladas a él, y aún continúa en silencio.
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Barcos amenazados en la tormenta… Así deben sentirse ahora los cristianos japoneses.
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¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?