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4,75. &#xNaN; Este libro es la caña. ¿Que me gustaría releerlo una vez al año? Sí. ¿Que lo voy a hacer? No, pero me gustaría, que es lo importante. Magia, criaturas increíbles, valores y escenarios que desbordan imaginación dan vida al mundo de Fantasía, cuyo nombre no fue otorgado a la ligera. A pesar de que estamos ante una obra juvenil, el texto se carga de mensajes cuyo significado solo se comprende cuando se han vivido más inviernos, lo que hace que cada relectura del libro se disfrute más que la anterior. Ende creía que «para encontrar la realidad hay que darle la espalda y pasar por lo fantástico», y esto es lo que hace el protagonista de esta historia. Bastian se topa con búfalos purpúreos, dragones de la suerte que surcan los cielos, emperatrices infantiles y casas que cambian de forma, y cada encuentro marca un camino gracias al que, sin saberlo, se está encontrando a sí mismo. Pero la evolución en Bastian, como la de la vida, no es algo que se consigue con facilidad. El autor nos regala con cada capítulo una sabiduría que consigue atravesar las páginas y que permite que establezcamos un gran vínculo con la historia y sus personajes. La historia interminable presenta un universo fantástico rico y dibujado al detalle, leyendas que sorprenden por su valor creativo y una parte oscura contra la que debemos luchar, en definitiva, un hogar al que regresar, al menos, una vez en la vida. Lo mejor: Un universo imaginado al detalle. Criaturas y sorpresas por doquier. Los valores y la sabiduría que se esconde en cada capítulo. La riqueza de la magia y la fantasía. Todo está conectado, y es labor del lector descubrir en qué forma a través de las páginas. Lo peor: Lo único que impide que le dé un diez es que hay un par de capítulos que adquieren un tono oscuro que se me hace un poco pesado. Entiendo su necesidad, pero siempre me cortan el rollo. Para: Toda persona a la que le guste la fantasía. |
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