Este libro me gustó, pues la pluma de Emily es magnífica,en la obra de Dickinson hay una modernidad tan radicalmente alejada de sus contemporáneos que sus mejores poemas parecen flechas lanzadas hacia nuestro presente, o más allá. La suya es una poesía del pensamiento, cuya valentía conduce a indagar en lo que literalmente no puede ser pensado o figurado. de ahí que el tema de la muerte, en el que se centra esta selección de poemas, sea para ella una obsesión ineludible. Es fácil de leer, eso sí, hay que tener en cuenta que como te coja baja de ánimos mejor obtenerse porque te quedas peor, yo lo leí en dos ratos porque llegó un momento que me sentí deprimida, quizás tuve que leer otro de sus poemarios, así que hay que tener esto en cuenta, aún así me gusto su visión y la obra en general. |