La muerte de Vivek Oji

“Quemaron el mercado el día que murió Vivek Oji”, sentencia la primera frase con la que arranca la última novela que @_consonni_nos trae de #AkwaekeEmezi. A partir de aquí, e intercalando recuerdos de Vivek, de amigos y familiares junto a fragmentos de su propio testimonio de ultratumba, nos adentramos en una de las historias más emotivas para cerrar 2022.

Su cuerpo aparece delicadamente envuelto en una tela en el portal de su casa, donde sus padres lo encontrarán. Y es precisamente la muerte de forma abrupta y sin ninguna pista de Vivek lo que convertirá a su madre, Kavita, en una detective aficionada empeñada en descubrir la causa de la muerte de su único hijo y dando al libro un toque de “novela de misterio”.

Pero lo que verdaderamente nos trae #LaMuertedeVivekOji pone de manifiesto las dificultades por las que pasan las personas queer en una sociedad intolerante como Nigeria. El retrato que nos presenta #Emezi es el de alguien dolorosamente y profundamente incomprendido y que solo encuentra un respiro cuando finalmente les cuenta a sus amigas más cercanas, Juju, Somto y Olunne y su primo Osita, quién es y cómo se siente. Ellos no lo juzgan, sino que lo hacen sentir completo y no lo tratan como alguien que está roto y necesita ser reparado.

La historia de Emezi resulta un libro cautivador y esclarecedor que incide en la importancia sobre lo que la familia de Vivek no ve, o no quiso ver mientras él estaba vivo, y si esa ceguera contribuyó o no a su muerte.
“Tal vez”, dice Osita, “todos estábamos fingiendo estar bien porque el mundo no nos dio otra opción”. Pero esa tolerancia pragmática ante las amenazas que acechan nunca podía funcionar para Vivek, quien finalmente no pudo seguir permaneciendo en la burbuja del silencio y la invisibilidad.
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