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Si algo se puede decir de Warren Ellis es que nunca deja indiferente, ya sea para bien o para mal, lo que es una forma amable de decir que es la clase de autores que hace obras excelentes o obras malas, sin tener muchas excepciones entre medias. Eso me hizo sentirme un tanto escéptico ante esta breve etapa suya al frente de Caballero Luna, especialmente porque la etapa anterior del personaje me pareció terriblemente decepcionante. Afortunadamente estamos ante una de las mencionadas obras de Ellis en las que ofrece lo mejor de si mismo. Quiero dejar claro que a pesar de mis palabras el lector no debe esperar algo a la altura de, pongamos, Transmetropolitan. Estamos ante un gran cómic, pero dentro de su contexto. Me explico: en este tomo encontramos pequeñas historias autoconclusivas en las que el Caballero Luna se enfrenta a distintos criminales (algunos de ellos venidos del mundo de los espectros), a los que detiene sin andarse con miramiento alguno. Sin complicaciones, sin intrincados hilos argumentales, sin crossovers ni largas sagas que se prolongan en los ya habituales seis números de rigor. Y en esta sencillez radica la grandeza de esta etapa. Tenemos historias cortas con su planteamiento nudo y desenlace, y en las poco más de 20 páginas de cada una de las entregas Warren Ellis desarrolla con maestría grandes historias condensadas en un único número. Se agradece, no solo que huya de los ya mentados rigores de los comics Marvel actual, sino que además lo haga ofreciendo historias de calidad, sorprendentes y bien narradas. A la eficiencia de la narración contribuye notablemente el dibujo de Declan Shalvey, que es impecable en todos los aspectos, ofreciendo grandes escenas de acción, entornos sórdidos y en definitiva, logrando que nos sumerjamos en el mundo de Marc Spector. Creo que en necesario necesitamos historias que van al grano, sin ser pretenciosas, limitándose a contar lo que quieren contar, y sin duda eso es lo que he encontrado en esta etapa de "Caballero Luna" |
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