La bailarina de Auschwitz

No estoy segura de poder encontrar las palabras adecuadas para describir lo que he sentido con este libro. Primero de todo, empecé esta historia pensando que se trataba de una obra de ficción sobre la segunda guerra mundial, hasta que el prólogo me golpeó de lleno mostrándose como la historia de una superviviente al holocausto. Pero Edith no es solo una superviviente de Auschwitz, es una superviviente de sí misma, de la culpa, de los traumas, de los flashbacks, del miedo a fallar a los demás y a sí misma, de sentirse perdida en un mundo que la quería muerta únicamente por su religión. Es un grito de supervivencia y superación, de lecciones tras lecciones, de entrar en la piel de una adolescente que creaba su propio mundo interior para sobrevivir las atrocidades dentro de un campo de concentración, pero también de la mujer que salió de allí y se escondía del sonido de una ambulancia.

Trata tantísimos aspectos acerca de los seres humanos, de la psicología de los traumas, del poder que hay en cada uno de nosotros si sabemos usar las herramientas necesarias para comprendernos. No es solo un libro que habla de la Segunda Guerra Mundial, ni siquiera es solo un libro que habla de aquellos que salieron de los campos de concentración, habla de humanidad, de amor, de esperanza, de perdón... Me encantaría volver a releerlo en papel y poder marcar todas las frases y mensajes que se me han escapado por haberlo escuchado.

No es que sea una lectura importante, considero que es imprescindible.