Las dos señoras Grenville

Acostumbramos a que la riqueza se presente en las series y películas actuales como algo positivo y deseable, como esa meta a la que todos deberíamos aspirar. Grandes casas con piscina, lujos obscenos, fiestas con la alta sociedad...

Por eso me gustan tanto los libros de Dominick Dunne, porque arrojan luz sobre las sombras de ese mundo lleno de boato y brillo para demostrarnos que, como decía Anguita, nadie se hace rico siendo honrado. Pero también para mostrar cómo el dinero y el poder pervierten hasta tal punto que la línea que separa lo ético y lo moral de lo ilegal se desdibuja con una facilidad pasmosa.

En este libro, una joven de origen humilde se enamora de un joven millonario miembro de la alta sociedad neoyorquina. Ante el fuerte rechazo de su madre y sus hermanas, tendrá que desarrollar estrategias varias para poder mantenerse en un mundo al que no pertenece. Incluso cuando el amor ya ha desaparecido, se resistirá a abandonar ese mundo, al precio que sea necesario.

Dunne vuelve una vez más a atrapar en una historia sobre la clase alta norteamericana y sus estercoleros. No obstante, y a pesar de mantener el interés durante todo el libro, flojea más que los anteriores. La tensión entre las dos señoras Grenville no está explotado, y el personaje de Ann, la protagonista, podría haber dado más de sí.

Con todo, siempre es una delicia leer a este autor.