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Debo reconocer que me acerqué a la lectura con recelo. Los que lleváis un tiempo por aquí sabéis que no es mi estilo y que, en las historias románticas, los personajes muchas veces tienen a caerme mal. Decidí animarme con ella porque no deja de ser un clásico y además, digámoslo todo, es corta. Pues me sorprendió para bien. No se va a convertir en una de mis lecturas favoritas, aunque la he disfrutado. Ha sido una lectura amena, emotiva sin resultar empalagosa, con un ritmo adecuado y una trama creíble. Los personajes no solo no me han resultado insoportables, sino que he logrado empatizar con ellos. le debo especial mención a Marguerite, nuestra protagonista, una mujer fuerte, con carácter, muy consciente del mundo en el que vive y del precio que tiene que pagar por sus elecciones, sin achacar las consecuencias de todo lo que le sucede a los demás o al destino. He agradecido no encontrarme una damisela lánguida a la espera del hombre que la salve y que deja claro a su amante desde el primer día quién es ella y lo que puede esperar de su relación. Me he encontrado una historia más moderna de lo que esperaba. Algunas frases, sobre todo de los personajes femeninos, me han llamado la atención por las reflexiones sobre la situación de la mujer, las cortesanas, las relaciones o los celos. |
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