El Cascanueces

Las mañanas de Nochebuena y Navidad las pasé leyendo el cuento de El Cascanuces en las versiones de E.T.A Hoffmann y Alexandre Dumas. Fue bonito adentrarme en la historia de tan curiosa figura justo en el tiempo en el que se desarrollan ambos cuentos.

"El Cascanueces y el Rey Ratón" (1816) de Hoffmann es el relato original del que bebieron el resto de cuentos, incluido el de Alexandre Dumas (1844); versión que, por su parte, sirvió de inspiración para el ballet del compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski.

Son pocas las diferencias que separan a ambos relatos, aunque dirían que la versión del francés es un poco más amable. Hoffmann, por su parte, nos adentra en un mundo tan tierno como grotesco, con alguno que otra imagen difícilmente digerible para los más pequeños. Ambos relatos se debaten entre la realidad y el mundo de los sueños y nos trasportan a ese tiempo en el que la ilusión y la imaginación son los únicos ingredientes necesarios para crear magia.

Ha sido bonito leerlos. Los dos cuentos son entretenidos, agradables; e, indudablemente, ideales para leer en estas fiestas que ya están a punto de terminar.