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Este primer tomo de la saga, nos sume en un recorrido por los últimos años del reinado de Felipe IV el hermoso, rey de Francia entre 1286 y 1314, un hombre en apariencia estoico y alejado de las emociones propias y de las de su pueblo, por lo cual también fue llamado, el rey de hierro, pero dentro de su ser comprometido con el deseo de paz para su pueblo y cargado de introspecciones acerca de la valía de su legado. Las intrigas y luchas de poder propias de la vida humana se ven mas acrecentadas en la corte en la que sus miembros buscan escalar o mantener posiciones sociales con las que puedan llenar sus arcas, someter a los súbditos y poseer el control del reino así no lleven la corona sobre sus cabezas. Felipe IV después de luchar por la separación del poder civil del de la iglesia, establecer el papado en su territorio y tener un primer acercamiento a los derechos civiles al abolir en parte la obligación de los siervos bajo una ordenanza en su nombre. Hacia el final de su reinado deberá enfrentar no solo sus cavilaciones intimas, si no traiciones a sus hijos que representaran la deshonra y habladurías, el temor de no tener un heredero varón de carácter digno de afrontar el mandato y solo verse reflejado en su hija Isabel, reina de Inglaterra. Haciendo uso de un lenguaje ameno y ágil el autor logra con habilidad sumergirnos de forma concisa en los acontecimientos más relevantes de las entrañas de un reino que resulta ser maldito por un hombre que muere abrasado por los intereses personales de un miembro de la corte, y cuyas palabras al parecer dictaminaran los acontecimientos futuros en las vidas del linaje del rey. El mundo de los reyes, sus reinos, sus cortes, sus familias y los intereses e intrigas que se presentas innatas en sus estirpes, supera por mucho la ficción de las novelas de caballería o fantasía épica, no en vano, George RR Martin declaro que considera a la saga de los reyes malditos, el juego de tronos original y gran influencia para su obra. |
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