Punk 57

Hoy os traigo la reseña de “Punk 57” de Penelope Douglas, un libro que llevo viendo años y cruzando los dedos para que por fin se tradujera al español. Y así ha sido este verano. ¡Ya lo tenemos aquí!

Misha y Ryen llevan siendo mejores amigos por carta desde hace siete años. Nunca se han visto, nunca se han buscado en redes, solo se comunican por carta. de un día para otro, Misha deja de escribir, haciendo que ella, Ryen, se preocupe como pocas veces antes. Tentadora la premisa, ¿eh?

Es complicado reseñar este libro, porque os lloverían los spoilers, así que contaré lo mínimo. Nos encontramos con una trama que es una montaña rusa de emociones, que se lee en nada y que es altamente adictiva. Veremos un friends to enemies to lovers lleno de tira y aflojas que me ha mantenido absorta durante las veinticuatro horas que me ha durado este libro.

Aunque haya sido uno de los libros más adictivos que he leído, han habido muchas cosas que no me han acabado de gustar. Hay actitudes tóxicas que duelen a la vista leer en el año en el que estamos y, si es cierto que la mayoría de estas actitudes son llevadas a cabo por el “villano” del libro, pero lo que más me chirría es que se romanticen cosas que no deberían romantizarse, además de que algunas escenas subiditas de tono me han parecido… ¿excesivas? No sé si llamarlas así.

Aún así, quiero dejar claro que ha sido un 50/50. Creo que me hubiese gustado muchísimo menos si no fuera por las últimas 100 páginas.

Los personajes son todo lo que mi yo adolescente hubiera deseado leer. Normalmente describo un poco a los personajes, pero esta vez no lo haré, porque parte del misterio de este libro es la personalidad y la forma de ser de éstos. Solo diré que Misha no ha acabado de gustarme, pero tanto él como Ryne cambiaron mis pensamientos sobre ellos (de mal a bien) en los últimos capítulos.

Y parte de los dos protas, también tenemos al grupo de música de Misha (Malcolm, Dane y Lotus), Annie, Manny, Lyla, Ten, Trey, J.D, Carson…Todos son importantes en mayor o menor medida y, aunque pocos de ellos me hayan caído bien, debo admitir que sin ellos esta historia no sería lo mismo.

La pluma de Penelope Douglas, como siempre, es preciosa. Fresca y adictiva; siempre hace que me lea sus libros en nada y que acabe enganchadisima de la primera a la última página.

En resumen, “Punk 57” es un libro adictivo, eléctrico y ameno a más no poder. Un friends to enemies to lovers con sus más y sus menos, que quizá hubiese disfrutado como con ningún libro cuando tenía quince o dieciséis años.