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La novela nos transporta varios días atrás, a un viaje que Laura realizó junto con su hermana Susann y la hija de ésta. La pequeña lleva días comportándose de un modo muy extraño, incapaz de centrarse en ninguna actividad y con episodios de sonambulismo que comienzan a volverse peligrosos. Lo que ninguna de las mujeres sabe es que no se encuentran ante un caso aislado, y que esas terroríficas sonrisas que han visto en los labios de algunos niños del barrio significan mucho más de lo que parece. La historia se cuenta en dos espacios temporales, la actualidad y el pasado. Todo esto mezclado con alguna tragedia protagonizada por un niño. El autor nos atrapa en la historia desde el principio con un primer capítulo impactante. La narración es fluída, con abundancia de diálogos y un lenguaje cómodo para el lector. Al principio la historia parecía de terror, pero la intriga ha sido un poderoso aliciente para mí en esta lectura.No he podido parar de leer, quería saber que estaba ocurriendo y si la protagonista estaba tan loca como parecía. Es una novela que tiene moraleja y que te hace reflexionar con todo lo que has leído. Os gustará si sois amantes de la intriga con toques de terror. Si queréis leer una novela que os mantengan enganchados hasta el final en la que los niños tienen gran importancia. |
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