"Mary oía a menudo la expresión: , y nunca llegó a entenderla. Toda su vida había necesitado refugiarse en la soledad de vez en cuando, y ahora más que nunca". . Encontrarte en el primer párrafo de un libro es algo mágico; sientes que te habla, que está escrito para ti y entablas con él una relación especial, íntima. Eso es justo lo que me ocurrió con "Mariana", nada más empezarlo supe que era para mí y me abracé a la lectura con total tranquilidad. . El inicio de la trama nos lleva a una noche desapacible de viento y lluvia. Atraída por el calor de la chimenea, Mary Shannon, se abandona a la lectura hasta que es interrumpida por la peor de las noticias. de manera repentina su mundo se viene abajo y conmocionada por el futuro que se avecina, Mary echará la vista atrás para rememorar los días más felices de su infancia y su adolescencia, sus amores y sus primeros pasos por la vida adulta. . A lo largo de una sola noche Mary nos hace cómplices de sus veranos en la casa familiar, de los juegos infantiles junto a sus primos y de su primer beso. El viaje por sus recuerdos también nos lleva a sus años de colegio, a esa primera ilusión que también fue su primer desengaño, a la vida con su madre y su tío, un actor de vida bohemia, a los momentos en los que se sentía perdida e incomprendida y al día en el que conoció a su marido. En definitiva, a todo lo que la ha convertido en lo que es. . Esta es una historia de crecimiento, aprendizaje, amor, amistad y pérdida. Una historia capaz de sacar una sonrisa a la vez que te emociona y que no quieres que termine porque no quieres despedirte de Mary. Una Mary a la que es muy difícil no apreciar. . Monica Dickens nos regala una novela donde los tintes autobiográficos impregnan cada palabra de tierna y delicada nostalgia. Una lectura tan bonita como acogedora. Un remanso de paz para días grises. |