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Cuando supe que había un nuevo título de la inspectora Indira Ramos me faltó tiempo para empezar a leerlo sin saber de qué iba ; maniática como siempre, pero entrañable, estaba de vuelta y yo encantada, pero he de reconocer que cuando se descubrió, prácticamente al inicio de la novela,quién era el malo, la cosa cambió mucho para mí; de ser una lectura como tantas otras para entretener, para jugar con el autor a descubrir al malo,pasó a ser "otra cosa". Cierta incomodidad se instaló en esta lectura, ya no era una ficción para disfrutar sino que trataba sobre un ser despreciable que existe (o existió) en la realidad y la salvajada inhumana que cometió, además lo dota de ese halo de superioridad que se les da a los asesinos de ese tipo en las novelas: son capaces de moverse en cualquier lugar del mundo, aprende idiomas fácilmente, nadie repara en él,etc solo que en este caso es alguien real y no me gustó. La historia policial es muy entretenida y ágil como la anterior, la historia paralela de los protas también, pero, para mi gusto, el malo elegido es un error. |
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