Las otras niñas

Es un libro con el que su autor ha arriesgado bastante a la hora de sentar las bases de su trama, escogiendo un suceso trágico y de tremenda crueldad, que tuvo una gran repercusión mediática durante mucho tiempo, llegando a despertar cierto recelo incluso entre sus propios seguidores.

Siendo mi primera lectura de Santiago Díaz y conocedora de la excelente calificación recibida en sus obras anteriores. Tengo que reconocer que es una lectura por la que tenía un gran interés, aún a sabiendas de que no iba a ser de buen gusto tener que acompañar a uno de los asesinos que tanto dolor provoco en nuestra sociedad.

Tratándose de un relato novelado, que plantea la escalofriante posibilidad de la reaparición del mítico asesino del triple crimen de Alcácer, tengo que advertiros, que hay una primera parte, basada en los hechos reales, en la que la presencia y diálogos ficticios de las víctimas pueden herir vuestra sensibilidad. Se trata de una referencia breve a los hechos acaecidos en 1992, en el que su autor, pese a no entrar en dar detalles del macabro asesinato, llegó a provocarme unos sentimientos encontrados, que me hizo plantearme si seguir adelante con la lectura.

No obstante, decidí continuarla, confiando en que la intención de su autor, no fuese otra que la de sentar las bases de un relato novelado, en el que la inquebrantable Inspectora Ramos intenta hacer cumplir condena a uno de los prófugos más perseguidos de toda Europa.

Así pues, nos encontramos con una novela de ficción en la que su argumento principal, está basado en unos hechos reales ocurridos hace treinta años. Siendo el momento en el que se pierde la pista de su asesino entre Lisboa e Irlanda, cuando Santiago Díaz iniciará su fabulación, tirando por tierra una de las hipótesis más extendidas que lo dan por muerto tras su llegada a las costas de Dublín. Dando respuestas al enigma sobre la huida y su hipotética vida en la clandestinidad.

Relato novelado que tiene comienzo en un momento actual, concretamente a finales del 2022, cuando en un atraco a una gasolinera aparecen las huellas del asesino más buscado por la policía española y la Interpol. Un caso que será asignado al equipo de la afamada inspectora Ramos, quien se ha reincorporado tras tres años de excedencia por un asunto privado. Siendo Indira e Iván Moreno, ascendido a Inspector en su ausencia, quienes pese a sus desavenencias, tomen conjuntamente las riendas de esta investigación contrarreloj. En un caso que parece complicarse, ya que según nuestra legislación es muy posible que el crimen ya haya prescrito, por lo que tendrán que dar con otros crímenes recientes por el que pueda ser juzgado, antes de que se produzca su liberación.

Siendo la trama principal, la que logra captar nuestra atención, hay otras tramas subyacentes que igualmente despiertan nuestra curiosidad. Siendo especialmente el caso que investigan la subinspectora María Ortega y los agentes Lucía Navarro y Óscar Jimeno, el que nos mantendrá en vilo, pese a ser conocedores desde un principio de la parte implicada en el homicidio. Por otra parte, nos encontramos con la trama personal en la vida de Indira, que tal como van pasando los días, parece que se complica: con un secreto bien guardado que no puede callar más, un triángulo amoroso algo precipitado y esa obsesión con el orden y la limpieza que sigue impidiéndole llevar una vida normal.

En resumidas palabras, es un thriller muy adictivo con el que he disfrutado a un ritmo trepidante, logrando captar mi atención hasta el final. Con unos personajes que se muestran tan auténticos y carismáticos como muestra ser nuestra peculiar Indira Ramos. Y con un desenlace que aunque pueda ser previsible y deje cerrada cada una de las tramas, dejará un hilo del que poder tirar en siguientes entregas… Aun así, es una lectura que no me atrevo a recomendar, siendo una elección muy personal, al tomar como base de la trama un recurso cuestionable que a muchos puede no gustar.
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