Elemental, querida lectora

Siempre es muy agradable recibir un regalo. Y si éste es un libro que te apetecía especialmente leer, la alegría es doble. Quiero agradecer a Babelio, Masa Crítica y la editorial Alma el haberme dado la oportunidad de vivir esta experiencia con el regalo de Elemental, querida lectora.
Antes de entrar en harina, es necesario saber que esta obra se encuadra dentro del subgénero de novela policiaca Cozy Mistery, (en español algo así como misterio agradable o acogedor). Las novelas de este género son fáciles de leer y las aconsejo sobre todo para momentos en los que es necesario refrescar la mente, hacer un parón y tomarse un respiro. En ellas la violencia y el sexo ocurren fuera de la narración y la trama se desarrolla en pequeños lugares, donde todos los miembros de la comunidad se conocen. No hay grandes detectives: solo aficionados que se enfrentan con entusiasmo a la resolución de crímenes y misterios.
En este terreno se desenvuelve la acción de Elemental, querida lectora. Este título desde el primer momento se convirtió en una especie de llamada de atención y de reto para que intentara resolver personalmente, junto con la protagonista, los crímenes que suceden en la pequeña localidad de Cabo Cod.
Allí hay una famosa librería dedicada casi por entero a Sherlock Holmes, que regenta Gemma Doyle. Gemma es una mujer divorciada, que vive con su tío Arthur, un fan de la obra de Conan Doyle y su perrita Violet. Su vida es sencilla y está llena de pequeños placeres entre los que figura su oficio.
En su librería compra los libros más destacados sobre Sherlock Holmes para sus clientes, trata de encontrar artículos exclusivos (aunque no demasiado caros) sobre este detective y además disfruta de reuniones diarias con su amiga Jayne, cuya cafetería se comunica directamente con la tienda de Gemma y pretende complementar la experiencia los compradores de la librería con un té elaborado al estilo inglés.
Al llegar la temporada alta, la librería recibe una visita de un grupo de señoras que están de vacaciones en el pueblo. Cuando éstas se van, Gemma, que se caracteriza por su capacidad de observación y de elaborar razonamientos lógicos, ve una revista que no estaba antes en su tienda. Cuando la recoge, se da cuenta de que está ante un ejemplar muy valioso de una publicación de Sherlock Holmes.
A su sorpresa inicial se sumará la impresión de encontrar el cadáver de la supuesta dueña de la revista acompañada de su inseparable amiga Jayne.
La trama se complicará para Gemma al convertirse debido a su interés en Sherlock Holmes en la principal sospechosa. Esto unido a su natural curioso le obligará a investigar personalmente el asunto, implicándose en una trama cada vez más compleja.
La novela sorprende dentro del Cozy Mistery. En ella el sentido del humor ocupa un lugar central, como se puede ver desde el inicio de la obra. El humor llega en forma de situaciones, malentendidos, chistes y bromas. Sin temor a equivocarme puedo decir que la autora domina el registro cómico y lo cultiva desde todos los puntos de vista posibles.
La acción, que se desarrolla en Estados Unidos, tiene un toque british muy atractivo. Además del nombre de la librería y el hecho de que se ubique en Baker Street nº 222 de la ciudad, hay que sumar las costumbres inglesas que Jayne intenta incorporar en su cafetería y el hecho de que Gemma sea inglesa.
Gemma y Jayne son dos la versión femenina de Sherlock y Watson, aunque las similitudes con los protagonistas de Doyle no son totales. Gemma es una brillante observadora, no excesivamente sexy y con un notable afán de parecer estadounidense. Jayne es una mujer preciosa, que llama la atención de los hombres, que se lamenta por no ser inglesa. Gemma se deja llevar por su entusiasmo y se ve involucrada en situaciones problemáticas. Jayne es más reticente. No desea meterse en líos y actúa como ancla de su amiga.
Los personajes de la obra van aumentando conforme se desarrolla la acción: aparece un policía con el que Gemma mantuvo una relación y una subordinada suya que parece desarrollar de inmediato una gran antipatía hacia Gemma. Los demás trabajadores de la librería y de la cafetería, los clientes, los parientes de las víctimas que hay en la obra van surgiendo poco a poco y de forma ordenada.
En la narración no faltan descripciones, quizá en ocasiones demasiado extensas, cuando se está deseando conocer el desenlace final.
Y por último y no menos destacable, es posible elaborar una lista de sospechosos y acertar. En mi caso, lo hice. Y vosotros, queridos lectores ¿os sumáis al reto?