Nada se opone a la noche

¿Cuánto dolor y desgracia puede rodear a una familia? Nada se opone a la noche es una novela autobiográfica que comienza de manera sobrecogedora. La narración en primera persona, con una prosa sencilla y fluida, aunque con un ritmo pausado que mantiene una tensión narrativa creciente, corre a cargo de Delphine, la autora e hija de la protagonista principal y comienza cuando encuentra el cadáver de su madre al llegar a casa de ésta, tras varios días sin tener noticas de ella. Existen dudas sobre el suceso, pero todo parece indicar que Lucile se ha suicidado. ¿Se rindió? ¿No pudo más? ¿Fue un accidente? Éstas son algunas de las cuestiones que se plantean.
Delphine está rota. Hay en ella mucho dolor, rencor, agotamiento y una culpa que la corroe, pero que la incita a buscar para entender quién fue en realidad Lucile, su madre. Tratará de recomponer las piezas de un complejo puzle; el de una mujer que vivió en una familia marcada por la tragedia y cuya vida fue una auténtica montaña rusa. Será muy variado el material que servirá de base a su historia: cintas de casete en las que su abuelo contó su vida, películas en super 8, cuadernos, fotografías y entrevistas con sus tíos y familiares más directos. Luego habrá que montar la historia, pero necesita mirar desde fuera, con imparcialidad, separar dolor y el vacío de esa niña a la que con tan sólo diez años su madre dejó de abrazar. Tiene que narrar con la mayor objetividad que pueda, dejar a un lado lo ocurrido para hablar de forma sincera, pero sin hacer leña del árbol caído y algunas verdades resultan incómodas; para ello, se referirá a ella como Lucile. Teme a su familia, pero, a medida que nos va desvelando la vida de Lucile, va soltando lastre. El lector avanza, se ahoga con una narración que por momentos es escalofriante y ella se va liberando de una pesada carga que arrastra desde hace demasiado tiempo.

Resultado de imagen de mujer misteriosa fumandoLa novela está estructurada en tres partes, que coinciden con diferentes etapas en la vida de Lucile, en la que se van alternando los capítulos que nos hablan cronológicamente de la vida de los Poirier desde la infancia de Lucile hasta su fallecimiento con algunos otros, en el presente, en los que Delphine nos va desvelando detalles de la elaboración de la novela y de su investigación.

Lucile, una mujer de mirada misteriosa y ausente fue la tercera de ocho hermanos y nació a finales de los años cuarenta en París. Con unos padres muy adelantados a su época, creció en el seno de una familia que gozaba de cierto confort y valoraba por encima de todas las cosas la unidad familiar. Desde pequeña destacó por su belleza, llegando a posar como modelo publicitaria en numerosas ocasiones. Sin embargo, no le esperaba una vida fácil porque su equilibrio mental se quebraría pronto arrastrando en su camino a sus familiares más cercanos.

Son muchos los personajes que desfilan por las páginas de ésta novela porque muchos eran los componentes de la familia Poirier. de entre ellos, la protagonista principal será Lucile que eclipsa a todos los demás. le seguirá Delphine a la que también conoceremos en profundidad. Junto a ellas cabrían destacar las figuras de George y Liane, los padres de Lucile, una pareja nada común en la época que disfrutaron mucho de la unidad familiar y a la vez defendieron, cada cual a su modo, el concepto de libertad en el más amplio sentido de la palabra.

Nada se opone a la noche es una novela intimista, dolorosa, durísima, valiente, intensa y necesaria para Delphine, para conocer, entender y perdonar a su madre, porque también ahora ella es madre y necesita cerrar capítulos. Ella deja en su texto una reflexión acerca de las enfermedades mentales que me ha parecido especialmente interesante, ¿hasta qué punto es tan sólo genético el origen de cualquier trastorno?, ¿podría existir algún detonante exterior que provocara un desequilibrio emocional y desencadenara esta horrible enfermedad? Sinceramente, lo desconozco, pero hay determinadas situaciones que suponen un antes y un después en la vida de una persona.

La novela abarca un periodo de unos sesenta años, quizá un poco menos, desde los años cincuenta hasta un frío 25 de enero de 2008, fecha en la que la luz de Lucile se apagó, y se desarrolla en diferentes puntos de la geografía francesa, pero fundamentalmente entre París y Pierremont, localidad en la que la familia solía pasar las vacaciones.

En resumen, no puedo dejar de aconsejaros la lectura de esta novela. No en cualquier momento, porque no es una historia fácil pero sí absolutamente maravillosa, la de dos mujeres valientes y luchadoras cuyas vidas estuvieron rodeadas de sombras.
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