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En esta ocasión voy a iniciar hablando de la estructura del libro, está compuesto de sesenta capítulos y un epílogo, los inicios de capítulo comienzan con una ilustración de media hoja donde hay unos lindos peces y medusas, algo muy significativo en la historia de Kiko Himura, y terminan con una frase donde nuestra protagonista hace mención sobre lo que dibujó en el día y un poco su significado. En cuanto a la portada, es bellísima, da la impresión de ser una galaxia llena de animales acuáticos, ¡la adoré! Creo que la primera impresión al verlo es más que nada enigmática, nunca te imaginarías lo profundo y doloroso que es con solo ver su bella portada. La historia es contada a través de la voz de Kiko, a pesar de que su madre juega un rol muy importante y decisivo en cuanto a la manera en la que ella se desenvuelve, esta es su vida, su versión de las cosas y resulta que es bastante dolorosa para una chica de 17 años. Ella, como muchos otros chicos que seguramente se sentirán identificados en más de una ocasión, es parte de una familia disfuncional que está constituida por su madre, sus hermanos Taro, Shoji y ella, quienes viven en Nebraska. Kiko tiene una madre egocéntricamente detestable, es de esas mujeres que siempre quieren ser el centro de atención, que minimizan lo que le sucede a los hijos o siempre quieren volcar la atención hacia ellas diciendo que cuando ellas eran jóvenes hacían tal o cual cosa, que se cree hermosa y se la pasa criticando las facciones asiáticas de sus hijos ¿se imagina los estragos que todo esto le causa a la autoestima de la chica? Sinceramente el personaje que más he odiado es el de Angélica Himura, me ofende a sobremanera que sea una mujer tan detestable, que no proteja a sus hijos y que solo piense en ella. Cualquier hijo espera que sus padres sean su abrigo, lo más natural seria que al estar con ellos sintieran confianza y confort, pero tristemente para Kiko nada de esto es así, su madre le profesa amor únicamente de palabra, la juzga y la hace sentir insegura, además ignoró uno de los hechos más traumáticos para la chica, entre esta situación y el comportamiento de su madre, Kiko desarrolló ansiedad a tal grado que se le dificulta comunicarse con las personas, se siente completamente insegura cuando esta con personas que no conoce pero afortunadamente cuenta con su amiga Emery quien se encarga de decir todo lo que a su amiga se le dificulta, pero como toda amistad adolescente, llega el momento en que cada una tiene que seguir estudiando y los caminos se separan; aunque Kiko no logro entrar a su escuela de artes soñada, Prisma, por lo que tiene que quedarse a seguir soñando con huir de su madre. Afortunadamente reaparece en su vida Jamie, su viejo amigo de la infancia, y es precisamente él quien la ayuda a alejarse de su madre. La vida no solo le vuelve a poner en el camino a Jamie, también conoce a Hiroshi Matsumoto, un reconocido pintor, quien afortunadamente se interesa en sus pintura y le abre un espacio en su vida, no solo la acuna como su maestro, sino que las lecciones más importantes para comprender y liberarse de la condena que es vivir con su madre las obtiene de él, y es la fuerza de la amistad la que logra que Kiko florezca y se aleje del vampiro emocional que tiene como madre para comenzar a vivir plenamente. En definitiva, uno de los libros más significativos que he leído últimamente, con una historia llena de dolor y sanación en la cual a través de sus 357 páginas llegaras a sentir coraje, frustración, pero sobre todo muchísimas ganas de darle a Kiko el amor y la protección que su corazón necesita pues ninguna madre debe de darle la espalda a un hijo. La autora nos deleita con esta historia de una manera tan exquisita y una lectura ligera, por lo que la recomiendo ampliamente. Enlace: https://mitijuanalectora.blo.. |
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