Una tranquila noche de viernes en la vida del Doctor Ignacio Vidal, se convertirá en su calvario, cuando despierta de madrugada y se da cuenta de que su hijo Samuel, de 7 meses no está en su cuna. Después de buscarlo durante varios minutos llama a la policía desesperado. La inspectora Bru y el teniente Israel, serán los encargados del caso, y van a contrarreloj, ya que las primeras horas después de la desaparición son cruciales. Pero según van indagando e investigando, nada será lo que a primera vista parece. Una historia donde nada es lo que parece, y todos los personajes tienen mucho que decir, de su pasado y su presente. Donde me dejó varias veces con la boca abierta, por los giros que tiene la historia y que no me esperaba para nada; y con un final trepidante que me tuvo atrapadísima. No quiero decir mucho más, para no desvelar nada, ya que lo mejor es ir a ciegas y descubrir poco a poco lo que va sucediendo. Una novela que me atrapó desde el principio, y que alargue lo máximo posible, pese a que me tenía bastante intrigada y por momentos me costó soltar. Es lo primero que leo de este autor, pero no será lo último. Me encantó. |