Bien dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y debería haber hecho caso al dicho popular. Se nota que en esta nueva entrega ha querido estirar lo que ya no se podía estirar y que con mucho acierto dejó en final abierto y ambiguo en el otro libro. Aquí me ha resultado repetitivo y cansinoso hasta el punto de aburrirme. Y la brillantez que puedan tener los diálogos a veces queda empañada por una ñoñería supina de la que no había necesidad. En fin, vueltas y vueltas para llevarnos a un final edulcorado y adecuado para cierto tipo de lectores, Pero no para mí. |