IQ. En este mundo la perfección lo es todo.

Esta historia es una narración en primera persona (de Elena, la protagonista), en presente. No son ni mi voz ni mi tiempo favoritos, de hecho, todo lo contrario, por lo que me ha costado mucho meterme en la historia. Me atrevería a decir que no lo he conseguido.
En ella se narra una distopía que, desgraciadamente, no he terminado de creerme. A mi modo de ver, al presentar una distopía, hay que entregarle al lector todos los elementos necesarios para que esa sociedad ficticia y tan dispar a la realidad resulte creíble, es decir, que le den carácter de verosímil y, en este caso, yo no lo he entendido así. Me han faltado datos, da algunos que parecen meras anécdotas televisivas para crear todo un entramado que dirige el país de un modo dictatorial y que incluso parece completamente aislado del resto del planeta, pues nadie tiene nada que decir con respecto a un sistema basado en la meritocracia educativa (impensable para nosotros) que aboca a los menos favorecidos a un destino aún peor y que te convierte en un paria exiliado en tu propio país. No es creíble ese aislamiento del resto del mundo ni que se acepte de buena gana tal ostracismo impuesto. Me han faltado las bases que fundamentan esa sociedad, los acontecimientos que marquen ese cambio, incluso una revolución, porque la historia de Elena se me antoja otra anécdota, un dato que se sale de la media y poco más.
La evolución de la protagonista, o la de su marido, también me parece ausente, quizá se me ha perdido entre tanta analepsis sin orden ni concierto, y del que luego hablaré. Antes quiero apuntar que no he comprendido el final de la protagonista o el mensaje que la autora nos quería enviar al darle tal destino. Me habría gustado entender el porqué de ese final. Me resulta gratuito, aunque quizás es la idea.
Tal y como comentaba, otro aspecto que no ha terminado de gustarme es que introduce muchas analepsis que no sitúa en el tiempo, no da una fecha como referencia (simplemente pone "Entonces"), y desordenadas entre ellas. Un capítulo puede narrar algo que le sucedió en el instituto y en el siguiente "flashback" contarte lo que le pasó en primaria. Aun así, sigo encontrando ese vacío que termine de contarme cómo se llega, realmente, a ese tipo de sociedad. Es una lástima porque la premisa prometía, pero no me ha gustado su desarrollo.
Como último apunte, en cuanto a la edición, decir que es rústica con solapas, de papel grueso, pero que resulta ligero para lo voluminoso que es. El tipo y tamaño de fuente también ayudan a que sea un libro cómodo de leer.