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La premisa de este cuento infantil de fantasía es muy sencilla, un zorro vive gracias a su capacidad de rapiñar su sustento a los humanos, sin embargo, estos se hartan y así acompañamos a don Zorro y su familia en una carrera por su supervivencia. Como vemos, esta fábula comienza de manera controvertida, ya que el personaje del zorro no hace las cosas bien, ya que se gana su sustento robando. Sin embargo, pronto comprendemos que esto es lo que hacen los zorros y que quizá, tal y como son los humanos, estos se merezcan el robo. La justificación en lo deleznable Y es que nuestros representantes en el cuento no son precisamente santos. Benito, Bufón y Buñuelo son tres humanos que representan vicios de los humanos. Uno bebe en exceso la sidra que produce, otro no puede dejar de comer los pollos que cría y el tercero es un goloso que, además, no puede dejar de comer hígado de pato. Sin embargo, el autor no solo hará que sus acciones nos resulten censurables, además, como en todo cuento, físicamente serán seres horribles, viva estampa de los vicios que hemos mencionado. Siendo esto así, ¿cómo no vamos a justificar que el zorro les robe? Obviamente, la figura del zorro es nuestro protagonista y héroe del cuento, así que cuando por robar los granjeros quieren que salga de la madriguera para matarlo, lo defendemos. Por supuesto que sí. Sin embargo, esto me generaba mucha inquietud como adulta, porque claro que no quiero que maten al zorro, es el prota, pero ¿estaba bien lo que hacía? Sí porque los humanos son terribles, pero… Cuando la cosa se pone chunga Es cierto que parece que os estoy contando la historia entera, pero aquí me detendré. Los humanos tienen un plan para cazar al zorro, un plan que les hace ser más terribles de lo que nos pintaban al principio, y esto hará que nuestra familia de zorros llegue al límite. Lo curioso de este punto del cuento hasta el final es que el autor nos enseña que nuestras acciones no solo repercuten en nosotros, sino que más elementos pueden verse afectados. de este modo, seguimos al zorro en su supervivencia, que llegará a ganar el apodo de Súper porque su mujer, para mi gusto, es un poco exagerada. Ahora bien, si creéis que por parte de nuestro protagonista va haber alguna reflexión sobre el latrocinio… estáis muy equivocados. En este caso, el autor fija mucho cuál es la naturaleza de los seres que intervienen en la historia, así que el zorro, el animal más astuto de todos, no va a dejar de serlo y menos en este momento crítico. Controvertido y divertido La verdad es que es un cuento que se lee muy deprisa porque tiene el característico estilo del autor de sátira y crítica a la sociedad que le rodea. Así, las reacciones de los personajes o el frenetismo de algunas escenas están muy bien hilados con esa crítica y, aparte de la sonrisa, consiguen que le demos vueltas a lo que deciden hacer los personajes. Es en esta cuestión donde más jaleo me ha traído el cuento, ya que siempre he creído ver un puntito de crueldad en Dahl (si no, acordaros de algunas escenas de Charlie y la fábrica de chocolate) que me lleva a no estar de acuerdo del todo con él. Por ello, debo deciros que no estoy muy de acuerdo con el sistema de supervivencia que intenta el zorro. Ahí ya cada uno es libre de opinar, pero a ver cómo se lo explicas a los niños. En cualquier caso, os recomiendo mucho el cuento. Es muy divertido, tiene temas muy trascendentes, como cierto toque de ecología, y desde luego os dará un poquito que pensar. ¿Estáis de acuerdo con el “Súperzorro”? Espero que os guste. Enlace: https://ellibroenelbolsillo... |
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