La sustancia del mal

El narrador, un documentalista estadounidense llamado Jeremiah Salinger, se muda con su familia desde Nueva York a Siebenhoch, un pueblo que se encuentra cerca de la zona de los Alpes. Salinger tiene un terrible accidente por el que sufre trastorno por estrés postraumático. Mientras se recupera, se entera en 1985 tres jóvenes son brutalmente asesinados en el Bletterbach, un enorme cañón tirolés cuyos fósiles cuentan la historia del mundo. Es entonces cuando Salinger se obsesiona con este caso no resulto y se propone identificar al artífice de esta masacre, lo cual no le va a resultar nada fácil. Nadie a su alrededor desea remover el pasado, como si aquel sangriento acontecimiento llevara consigo una maldición, y todos parecen esconder secretos inconfesables.

Al principio no me estaba terminando de convencer, pero después de 60 páginas, el libro arranca y hace que no quieras dejar de leer. Es una de estas novelas en las que sospechas hasta del apuntador. La verdad es que lo empecé sin tener muchas expectativas y la verdad es que me ha resultado un libro bastante entretenido.
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