La sustancia del mal

Puedes llegar a marcharte, pero las cicatrices siempre las llevas contigo. Forman parte de ti.

Nunca más, juré, permitiría que le pasara algo malo.
Era un juramento destinado a romperse. Es lo que ocurre siempre, cuando juramos que nunca nada va a perjudicar la vida de nuestros seres queridos.

Nada es difícil. Difícil es solo lo que uno no sabe hacer.

- Existen tres tipos de justicia. Está la justicia de Dios, pero Dios, aquel día, estaba mirando hacia otra parte [...] Luego está la justicia de los hombres.
- ¿Y cuál es la tercera justicia?
- La de nuestros padres.
[...]
- ¿Y ahora qué?
- Ahora te toca a ti. Debes decidir. ¿En qué justicia crees?