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Layla acude al rancho de la familia Davis tras el fallecimiento de su madre. Maggie Davis era la mejor amiga de esta y desea que Layla pase unas navidades en familia, que aunque no sea la suya, que se sienta arropada. Pero Chase, su hijo mayor, la juzga mal a la primera y no desea que ella permanezca mucho tiempo en el rancho. El problema es que Maggie le encarga a su hijo mayor que acompañe a Layla al pueblo y él debe hacerlo, a regañadientes. Eso se convertirá en una costumbre diaria, ella no tiene vehículo y él tiene que mostrar educación y cortesía con la invitada de su madre. Esto empieza muy mal, él es borde y seco con ella, es capaz de estar horas a su lado y no mediar palabra entre ellos... pero un suceso en el que correrá peligro la vida de Layla les acercará, él empezará a protegerla y sentirse bien a su lado... ¿Qué pasará cuando un hombre se fije en Layla? Aparentemente a Chase le dará igual... aparentemente 😝😝. Layla ha encontrado a una familia en el rancho, casi todos los Davis la adoran y se siente muy bien a su lado, pero no es su hogar y no cree que permanecer durante mucho tiempo junto a ellos le dé una estabilidad. Ha encontrado trabajo, pero ¿qué pasará cuando acaben las navidades? ¿Podrá alejarse de ese cowboy al que tanto desea, pero tanto la ignora? El pasado siempre deja cicatrices difíciles de curar, ¿conseguirá Chase pasar página para dejarse llevar por lo que le hace sentir Layla? ¿Recomendamos? Lectura ideal para estas fechas, un enemies to lovers mezclado con un slow burn, donde la familia Davis tendrá gran peso en el descubrimiento de esta nueva pareja. Mención especial al amor por los libros de Layla y Chase 💕, y también alusión a los personajes que han salido en libros anteriores y que vienen a contarnos un poquito más de sus vidas ☺️. Eso sí, si no los has leído, puedes empezar por esta lectura sin problemas, son totalmente autoconclusivos y lo que te vas a perder son pinceladas, nada más 😉. |
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