Hay libros que cuentan historias que son bonitas y que recordarás siempre. Hay libros especiales que nos hacen soñar. Y luego hay libros que hablan sobre libros, sobre el amor por la literatura, sobre la pasión por leer y por vivir cada nueva lectura como un nuevo comienzo y es imposible no enamorarse de este tipo de historias. Esa sencilla palabra es un homenaje a esas librerías que nos hacen soñar, a esos libros de segunda mano que llegan a nuestras vidas para contarnos una historia y regalarnos la experiencia del lector anterior. Un homenaje al amor por las palabras, por su importancia y su significado. La historia que nos regala Cath Crowley es absolutamente preciosa. Nos enseña cómo los libros nos ayudan a sobrevivir, a pasar etapas duras y a entender que la vida es una oportunidad de ser felices y no podemos obsesionarnos con la muerte. Todos los días alguien pierde a un ser querido (yo, casualmente, hoy hace tres años que perdí a mi persona favorita del mundo) y hay que continuar luchando por nuestros sueños, por disfrutar de cada segundo que nos regala la vida. En un entorno donde los libros cobran una importancia brutal, nuestra protagonista, Rachel, ha vuelto a la ciudad donde vivía tres años atrás. Está sufriendo y reencontrarse con el chico al que quería no augura nada bueno. Henry está loco por Amy pero ella vuelve a dejarlo y él vuelve a refugiarse en los libros y en su mejor amiga, Rachel. Henry trabaja en la librería de sus padres y es feliz rodeado de libros, pero las cosas no van bien y se están planteando vender el edificio. ¿Será capaz de perder su lugar favorito en el mundo? ¿Podrá Rachel perdonarle lo que ocurrió tres años atrás? ¿Conseguirá Rachel volver a sonreír de verdad? Con una trama donde las cartas se dejan en los libros para que otros las encuentren, donde la literatura es el motor de la vida y donde nuestros protagonistas encuentran el consuelo en las palabras, este libro no te dejará indiferente. Es pura magia y un regalo para cualquier lector. |