Materia oscura

Esta es una lectura de esas que no da ni un pequeño respiro al lector. Una novela que viene anunciada como un «thriller de ciencia ficción» y que tiene muchos elementos atractivos. El fundamental: su acercamiento al concepto de Multiverso, esa teoría científica que puede hacer que nos estalle la cabeza.

Materia oscura (2017), de Blake Crouch, empieza con los preparativos de una tranquila cena en familia que jamás va a llegar a suceder. al menos, no en este universo. Jason, el protagonista, sale a tomar una copa y a comprar helado sin saber lo que se le viene encima. Tampoco el lector lo puede llegar a imaginar. de hecho, hasta aproximadamente la mitad del libro uno no para de preguntarse qué demonios está pasando.

Como personaje principal, Jason nos habla en primera persona. La narración es urgente, precipitada. Poco adornada, pero fácil de seguir. Por fin, en el ecuador de la misma, conocemos el motivo por el cual se ha llegado a la incomprensible situación que el protagonista vive. Pero a partir de aquí todo se complica aún más.

No podría dar más explicaciones sin desvelar lo más interesante de la historia, pero sí dar algunas pistas. Según la teoría del Multiverso, cada vez que tomamos una decisión estamos eligiendo una posible línea de la realidad, la cual es solamente una de las posibles realidades que se ramifican hasta el infinito. Admitámoslo: este es un concepto (el infinito) para cuya comprensión la mente humana no está preparada.

En este Multiverso, hay infinitas versiones de nosotros mismos. También infinitas versiones de Jason, una de las cuales ha hecho un descubrimiento excepcional («La Caja») el cual ha dado origen al caos que se describe en la novela.

Cada nueva puerta que abre Jason da acceso a una realidad distinta
Blake Crouch toma esta inabarcable idea para contar en las páginas de Dark Matter una historia singular y fascinante, pero que cojea en algunos conceptos. Ojo, no me refiero a conceptos científicos (soy demasiado ignorante para lidiar con eso), pero sí a los narrativos. O incluso a los puramente lógicos.

Como lector, no he acabado de entender las reacciones de Jason, alguien que ha descubierto y experimentado algo tan fabuloso como el viaje por diferentes realidades alternativas. Lo lógico en un caso así sería perder automáticamente la chaveta. Pero incluso si no fuera así, sería casi inevitable que cualquier persona normal sometida a tal dosis de relativismo acabase sumida en un estado absoluto de confusión y de depresión. Todo dejaría de tener importancia, porque todas las realidades posibles existen y no hay forma de establecer ninguna escala de valor entre ellas. Sin embargo, el protagonista se aferra a su pequeño mundo y lucha con denuedo para recuperarlo, aun a costa de enfrentarse a muerte con las infinitas versiones de sí mismo que se oponen a él.

Pero claro, de haber sido así, estaríamos ante una novela completamente distinta. Crouch ha decidido no ahondar en el género de la ciencia ficción hard para hacer que el argumento central gire en torno a la historia de amor entre Jason y Daniela. Es decir, ha tomado una decisión y ha creado una nueva realidad, justo como en la novela. A eso se le llama predicar con el ejemplo.

Opinión personal: Materia oscura es una novela con un argumento original y fascinante, pero que parece escrita a toda velocidad y que se vuelve un tanto repetitiva al final. Eso sí, es una lectura ideal para pasar un buen rato y darle algunas vueltas a la cabeza.
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