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Cuando leí el argumento, supe que tenía que leerlo, que me iba a gustar y no me equivoqué. Me he encontrado con una maravillosa historia llena de amor, odio, venganza y mucha magia, que hace que te emociones al leerla, ya que llega a lo más profundo. Después de que su gran amor, Willian Hewitt muere en un incendio, Abigail solo vive para vengarse de la persona a la que considera culpable, que no es ni más ni menos que Richard, el hermanastro de aquel. Para ello pide ayuda a su abuela Deena, una maestra de las flores, una mujer con una gran sabiduría sobre las plantas y poder de sanación a través de ellas. Deena, le ofrece a su nieta el don de la inmortalidad mediante la Piedra del Deseo. Su condición de inmortal desaparecerá cuando cumpla su venganza o abandone esa intención, y también le advierte que si la lleva a cabo, deberá pagar un alto precio. Así transcurren doscientos años hasta que un día se reencuentra con Richard, o más bien con el alma de este en el cuerpo de otra persona, que es Jason Kendall. Sin embargo, los sentimientos que nacen en Abigail no son precisamente de odio. Al mismo tiempo también conoce al portador del alma de su amado William, (que tiene el mismo nombre en la actualidad). Y descubre lo atormentado que vive, de la misma manera que vivía el William del pasado, y es que su alma se ha quedado anclada y no puede seguir adelante. Y, lo más importante, no siente ninguna clase de amor hacia él. ¿Acaso se había enamorado de la persona equivocada? Como es obvio, el personaje de Abigail sufre una gran evolución a lo largo del tiempo, y es que doscientos años son muchos años para cambiar. de la joven campesina inocente que era en el siglo XIX, vemos en la actualidad a una mujer enérgica, que ha sabido llegar a lo más alto convirtiéndose en una gran empresaria. Sin embargo es una mujer infeliz. Todavía anida en su interior ese deseo de venganza, que se hará más evidente en el momento en que conoce a Jason. Este último, Jason, para mi es un personaje encantador. Queda prendado de Abigail desde el instante en que la ve, y lo único que desea es amarla y hacerla feliz, aunque ella cegada por el odio no se da cuenta de nada. A través de las cartas que Deena le dejó a su nieta, podremos ver qué es lo que realmente ocurrió con William y Richard la noche en que murieron. Y aquí jugará un papel muy importante, Jenny una empleada de Abigail, con el don de la visión que tratará de ayudarla y hacerle comprender la verdad, para que ese odio que siente vaya transformándose poco a poco en amor. La autora ha sabido componer una excelente trama que atrapa y no decae en absoluto en toda la novela, uniendo el presente y el pasado de una forma perfecta. Claro que parece inverosímil el que Abigail se convierta en inmortal pero es que la historia está llena de magia. Una magia que hace posible que dos almas gemelas vuelvan a encontrarse a través de los años, y una magia que hace que el odio más profundo se convierta en amor. Y el final, también tiene magia. Es de esos que emocionan y hacen sentir que todo está bien. Sin duda, la recomiendo. Enlace: https://atravesdelaromantica.. |
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