Los cien años de Lenni y Margot

Escribir mi opinión sobre "Los cien años de Lenni y Margot" va a ser difícil. Es una novela que aún habiéndola terminado esta mañana, todavía me tiene pensando en ella.

Lo primero que me ha atrapado es la manera de escribir de Marianne Cronin. Dulce, sencilla, directa y sobre todo muy amena. Leerla ha sido toda una maravilla, ya que además ha conseguido que me meta de lleno en la historia, como si Lenni y Margot fuesen una pequeña pero gran parte de mi. Me ha gustado mucho la delicadeza que la autora tiene para tratar temas tan delicados como la muerte o una enfermedad terminal, con el toque justo de dramatismo.

"Los cien años de Lenni y Margot" es una novela dura, pero a la vez muy entrañable. Por un lado tenemos el presente, cuando Lenni y Margot están en el hospital, y luego el pasado con dos líneas diferentes: la vida de Lenni y la vida de Margot. No sabría decir cual tenía más ganas de leer, ya que las tres historias me han cautivado totalmente. Cada momento, cada historia, tiene su "cosa" que me ha llegado al corazón. Tanto Lenni como Margot han pasado por momentos duros, difíciles, de los que han tenido que sobreponerse, pero también veremos como la felicidad llega a sus vidas. Un tira y afloja continuo, real como la vida misma.

Marianne Cronin ha creado dos mujeres fuertes, en las que a pesar de su situación, el lector puede apreciar sus ganas de vivir, de aprovechar hasta el último minuto y de ayudar a los demás, pero sobre todo, las ganas de ayudarse mutuamente.

Lenni, con tan solo 17 años, tiene muchas preguntas acerca de la muerte, de su situación, y del porqué de todo. No obstante, el lector puede apreciar también su vitalidad, su carisma y su pequeño toque de humor. Lenni afronta situaciones difíciles con una madurez que llama la atención por su tierna edad, pero también tiene momentos de debilidad, de rabieta o de una pataleta como se suele decir en el caso de los niños pequeños.

Margot, por el contrario, es más pausada y afronta la situación de manera diferente, ya que a sus 83 años, es algo que "se espera", por así decirlo. Quizá por eso se complementa tan bien con Lenni. La amistad que nace entre las dos es preciosa, una amistad sincera y pura, en la que la edad no tiene importancia

Pero no solo se ha quedado en Lenni y Margot, si no que otros personajes, como la enfermera nueva, el celador o Arthur, el cura de la capilla del hospital, también tendrán su papel importante. La relación de Lenni con Arthur me ha parecido muy tierna y quizá es la que más me ha hecho reír. Lenni es un torbellino que llega para desbaratar los últimos meses de trabajo de Arthur antes de su jubilación.

Es irremediable que la historia sea triste, tanto Lenni como Margot van a morir, y más en el caso de Lenni, con tan sólo 17 años y una enfermedad terminal. Pero me ha sorprendido cómo Marianne Cronin afronta la situación. Por muchas fases de la enfermedad, tanto de Lenni como de Margot, pasa de puntillas, aportando la información justa, para que no sea morboso ni la historia esté centrada en ello. Es una historia con la que he terminado llorando y con una sonrisa en la cara a la vez.