Los cien años de Lenni y Margot

He podido leer esta novela antes de que saliera a la venta y me siento muy afortunada por ello ya que me ha hecho sentir lo corta que es la vida y como en un momento se te puede acortar más debido a una enfermedad, un accidente o otras desgracias.

Nuestra protagonista principal es Lenni, la cual está ingresada en la Sala May para enfermos terminales. Está enfadada con la vida y con todos, ¿porque a sus 17 años tiene que morir? Conoceremos a una chica luchadora, con un humor negro fantástico, con ganas de amar y ser amada y sobretodo que no la miren con pena, sigue viva y quiere que la miren como tal.

Una de las personas que la mira así es el padre Arthur. Él es el cura de la capilla del hospital, el cuál se verá acechado por las preguntas de Lenni, que intentará poner su vida patas arriba con sus ideas y opiniones sobre algunos versículos de la Bíblia. Debo decir que el padre Arthur me ha enamorado, su sencillez, su paciencia, como la trata y todo el amor que le da y sus últimas palabras hacia ella simplemente han hecho que rompan el molde.

En una de las escapadas de Lenni de la Sala May, verá por primera vez a Margot de la manera más rara, doblada sobre un cubo de basura intentando recuperar algo. Margot es una anciana de 83 años muy entrañable a la cual iremos conociendo por las historias que le irá contando a Lenni en la Sala Rose.


¿Que es la Sala Rose? Es una sala de arte que abren en el hospital y hará que las vidas de Lenni y Margot se unan para siempre a través de pinturas, sus historias mientras pintan y 100 cuadros uno por cada año de cada una.

A parte de estos tres personajes principales conoceremos a unos secundarios totalmente definidos los cuales te marcarán también muchísimo.

La pluma de la autora es ágil y la verdad es que lo he leído casi sin dame cuenta y esto que he llorado, me he reído y me ha hecho sentir muchísimo. Además me ha fascinado ver como las que más están sufriendo, dan tanta vida a su alrededor y ofrecen tanta luz.