Leer un relato tan divertido y desenfadado como el que ha escrito Carla Crespo para la colección especial que Harlequín Ibérica ha editado para ayudar a los lectores a sobrellevar la cuarentena es una maravilla, pero además hacerlo para compartir experiencia en una lectura conjunta es lo más de lo más. Piluca y el síndrome de Willy Fogg se centra en las vivencias de uno de los personajes secundarios más divertidos de la autora española, y que aparece ya en su novela Antes beso a un hobbit, pero puede leerse de modo independiente y os animo a todos a hacerlo porque Piluca es absolutamente genial, y sus vecinos todo un descubrimiento, je, je. La historia es muy ágil, se lee en un tris y tiene todo el encanto que un personaje como su protagonista merecía. |