Un capuchino mortal

Advertencia antes de empezar a leer este libro: si te animas con esta lectura, tendrás todo el rato unas intensas y descomunales ganas de beber café. Y no solo tendrás la necesidad imperiosa de tener una taza entre tus manos, también te parecerá que lo estás oliendo todo el rato, tu boca se llenará del sabor de tu tipo de café preferido; a partir de este momento mirarás con ojo crítico el café que te ponen en tu bar de confianza durante el desayuno o el almuerzo. En serio, no es una novela para amantes del té, sino del café. Avisado quedas, luego no digas lo contrario.

Después de unos años de llevar una vida mediocre y aburrida, Clare Cosi se ha animado a volver a Nueva York y a retomar su antiguo empleo como encargada del café Blend, una histórica cafetería con más de cien años de antigüedad que tiene fama de hacer el mejor café de la ciudad, y donde la fabricación de esta bebida es una religión. Sin embargo, lo que promete ser una vuelta gloriosa se trastoca cuando Clare encuentra el cuerpo herido de Annabelle, la subencargada del negocio, a los pies de la escalera y rodeado de posos del café. Aunque a primera vista todo tiene pinta de ser un accidente laboral, el instinto de Clare le dice otra cosa. Así que tendrá que investigar el suceso y todos los trapos sucios que escondía Annabelle para descubrir la verdad y, además, salvar el Blend.

Muchísimas gracias a Babelio español , en cuya última edición de masa crítica me tocó este libro, y la editorial Alma por el envío de este ejemplar.

De lo que llevamos de año, creo que el género que está siendo un auténtico descubrimiento para mí es el cozy mistery. en enero ya había leído un libro que también había publicado la editorial Alma en su colección dedicada a este género que busca crear misterios en lugares pintorescos y entrañables; con una plantilla bastante parca de personajes que incluyen a los sospechosos y a un/a protagonista que sin tener ningún tipo de formación criminalística y valiéndose únicamente de su olfato, se lanza a la aventura de investigar; y cuyo crimen no resulte demasiado macabro o sangriento. En definitiva, obras que siguen la estela de las novelas que compuso en su momento la inolvidable abuelita Agatha Cristie, y que hasta este año práticamente era lo único que había leído de cozy mistery. El libro que tuve la oportunidad de leer de Alma (“Crimen Descatalogado”) me gustó y me enganchó bastante cuando lo leí, pero “Un Capuchino Mortal”ha sido una lectura absolutamente adictiva, que me ha tenido pegada a las páginas del libro de principio a fin y que me he leído en menos de un día. Algo que hacía muchos meses que no me ocurría. Ha sido una lectura divertida, llena de giros de guion y llevada con un excelente pulso y un muy eficaz ritmo narrativo. En la que el café es el auténtico y absoluto protagonista de la historia. No hay una página en la que no se haga mención a la bebida más consumida alrededor del mundo; a sus variedades, a su historia, a la manera de prepararlo, al significado que tiene y a lo que puede aportar a las personas,. La devoción que siente la protagonista y su familia por el café es totalmente patente de principio a fin traspasa la novela, y como ya se advertido antes, consigue que te den ganas de estar todo el rato leyendo al lado de una taza de café. se aportan muchos datos y curiosidades sobre el café, y al final del volumen aparecen incluso recetas para prepararlo, ya sea en bebida, postres o incluso en cócteles alcohólicos.

Como buen Cozy mistery, la ambientación no puede ser más entrañable y bonita. Ya la propia portada de la edición española te indica lo que vas a encontrar, siendo muy bonita. El Blend es un café centenario en el casco antiguo de la ciudad de Nueva York por cuyas paredes se han sentado diversas personalidades del mundo político y artístico neoyorkino, estadounidense e incluso internacional; testigo de lo que ha pasado en el último siglo en la propia Nueva York y un referente cultural emblemático para la ciudad . Un local con el que parecen que los años no han pasado gracias a su aura vintage, lleno de muebles antiguos, tazas de café coquetas, antiguallas relacionadas con el café y que está permanentemente inundado por su olor. En definitiva, a esta cafetería, solo le faltaría una sección de biblioteca o librería para ser el lugar ideal en el que muchos hemos soñado trabajar y vivir. Pero tengo una mala noticia: por si os interesa, aunque hay varios locales de restauración con el nombre “Blend” en Nueva York, el que aparece en esta novela es producto de la imaginación de la autora y de su marido (los dos escriben una serie de novelas ambientadas en esta cafetería bajo el nombre de “Cloe Coyle”) y no sabéis la lástima que me ha dado descubrir esto, que yo ya me veía visitando Nueva York, y dejándome caer en este lugar para saborear ese mítico café . de hecho, el nombre blend parece que viene de una mezcla de diferentes cafés cuyo resultado tiene pinta de ser exquisito. Y es que si de algo me he dado cuenta en esta lectura es que el café es algo más que una mezcla de granos a los que echar por las mañanas leche y azúcar (sí, así lo tomo yo). Hay muchísimas variedades, formas diferentes de prepararlo, circunstancias a tener en cuenta para que no se eche a perder. Yo ya sabía que entorno al café había toda una mitología y una cultura, pero en este libro he podido echar un vistazo hasta qué punto este rico y aromático mejunje es emblemático y puede ser importante para muchos.

Literariamente, el libro también me ha sorprendido mucho para bien. Me esperaba una obra rápida de leer y muy entretenida, y realmente eso es lo que he encontrado. No digo que vaya a ser una lectura que me cambie la vida, y dudo que busque ser eso. Pero me ha gustado mucho la manera en que Cloe Coyle maneja los hilos y elementos de los que dispone y crea una novela de misterios sencilla pero muy bien tejida. Ya os he dicho en algún momento que el ritmo narrativo está muy bien conseguido, la autora logra mantener en todo momento el perfecto equilibrio entre una pluma ágil, la aparición constante de personajes y descubrimientos que mantienen el interés por el misterio a lo largo de toda la novela y momentos más evocadores, que suelen aparecer, como no, entorno al café (que exagerado os decía que es el auténtico indiscutible protagonista del libro). Su pluma es sencilla y directa, pero también está plagada de momentos cálidos y humorísticos, que hacen que sea muy agradable de leer. La autora lleva muy bien el misterio, logra que en prácticamente eso iremos más adelante) se pierda el rumbo y el interés por descubrir que hay detrás de Anabel y su aparatoso “accidente”. de hecho, esta tónica se mantiene hasta prácticamente el final, con un buen giro de guion que ha agradecido bastante, porque el panorama que hasta ese momento parecía que se nos iba a quedar no me estaba gustando. la verdad es que lo que es la resolución del crimen, no me ha hecho sufrir, especialmente (qué es lo que buscan los cozy misteries) pero tampoco me he aburrido. Los caracteres que la escritora nos presenta están bastante bien esbozados, todos son muy carismáticos y tienen la suficiente individualidad para que rápidamente te des cuenta de quién es quien y pueda distinguir a unos y a otros, algo que en cualquier novela negra o de misterio considero indispensable. Quizás el gran pero que le veo es que se habla demasiado de la vida amorosa y familiar de Clare y de, como no, el café. no digo que estos elementos no sean importantes para la trama y para la ambientación, ni que sirvan para definir a la protagonista y narradora de esta lectura. Pero creo que a veces se inhibe tanto en ellos que se pierde un poco el foco en lo que debería ser la columna vertebral de la obra, el misterio resolver. en ciertos momentos, me parecido que la investigación policial que Clare por cuenta y riesgo pierde gas respecto a todo lo que la rodea. Clare me parece una protagonista relativamente bien construida y que me ha gustado mucho. Es una mujer astuta y simpática que tiene un pasado propio, que a lo largo del libro se enfrenta a pocos problemas, y que resulta muy humana. Además, valoro mucho que sea un personaje que ronde ya los cuarenta, es algo que me parece muy refrescante (y es algo que me está gustando encontrar en los cozy musteries) que el protagonista no sea un joven en las flores de la vida, sino una persona más mayor y experimentada, con sus propias dudas y bagaje personal y emocional. Pero a veces me parece muy poco creíble la forma en que Clare lleva las cosas y lo inteligente y espabilada que esta mujer resulta, tanto que se encuentra con pistas y hace conclusiones a las que la policía no ha llegado. Para mí, eso quita un poco de credibilidad a la historia, para que mentir. de todas formas, también os digo que me ha gustado mucho las pinceladas que se nos van dando a lo largo de la historia sobre la historia de Nueva York y la relación de la familia política de Clare (soy muy fan de la suegra) con la alta sociedad y la esfera más artística de la ciudad gracias a su posición social. Tengo debilidad por esos rollos de alto copete newyorkinos que parecen sacados de las obras de Edith Wharton, y creo que ayudan a dar más capaz de hacer más realista la ambientación.

En definitiva, ya tenía muy claro que el cozy mistery es un género que debo tener muy en cuenta en futuras lecturas. Pero “Un Capuchino Mortal” ha demostrado que es ideal para desconectar de la realidad, de momento en los que estes más estresada y tengas menos tiempo para dedicárselo a los libros, que es justo como me encuentro ahora mismo. El libro ha sido una lectura deliciosa, que he devorado y que me ha dejado un calor cillo muy agradable dentro cuando lo he cerrado. Espero de todo corazón que el sello, editorial Alma saque el resto de novelas de la serie Cloe Coyle ha sacado junto a su marido ambientados en el café Blend. Ya he visto que el segundo ya está disponible en español, y ojalá que no tarde en hacerme con él. Porque esta lectura me ha dejado con ganas de más, tanto de esta historia como de más misterios entrañables y fáciles de leer.