Historias de la cuarentena

No es la primera vez que me declaro una enamorada de los libros de relatos y, sin duda, entre todos ellos, mis favoritos son aquellos con un toque oscuro e inquietante que consigue provocar esa sensación de incomodidad en tan pocas palabras. Debo decir que es justo el tipo de libro escrito por Diego Leandro Couselo en esta ocasión. Contamos así con una obra compuesta por una multitud de historias de no más de cinco páginas, todas ellas con el telón de fondo de la cuarentena que tan recientemente hemos vivido a consecuencia de la extensión del virus de la COVID-19. Este será el único punto en común de los relatos que conforman el libro, a partir de ahí nos encontraremos con una serie de narraciones de carácter muy variado pero que en ningún caso nos dejarán indiferentes.

Considero que el subtítulo (Normales, Anormales, Paranormales) resume de manera excelente la naturaleza de esta compilación. En algunos casos nos encontraremos con historias con las que podemos sentirnos incluso identificados, tramas que se desarrollan en esa extraña normalidad que se generó desde el avance de la enfermedad. Sin embargo, también hallaremos relatos sobrenaturales, con seres fantásticos y de terror que conseguirán producirnos escalofríos y pesadillas. Pienso que el autor además juega con la idea de que el encierro no ha sido únicamente físico, sino que las paredes de nuestra mente han podido llegar a ser más temibles que aquellas que sostienen nuestra casa. Desarrollando en ocasiones esta idea de un encierro en nosotros mismos (aderezado con elementos como enfermedades mentales, incertidumbre, causas sobrenaturales del virus, etc.) consigue la certera pluma del autor provocarnos esa sensación de inquietud con muy pocas palabras.

Sin embargo, no hallaremos únicamente terror en sus renglones sino también una cierta ternura en ese homenaje velado a toda esa generación que se ha visto más afectada por el virus; también notas de costumbrismo y hasta un cierto humor negro en algunas de las historias que, reconozco, son mi debilidad. Además, en mi opinión, hay una buena dosis de moraleja en muchos de los relatos: la curiosidad desmedida hacia lo desconocido, la suspicacia ante la realidad evidente, la burla hacia la prevención o el incumplimiento de las normas, no serán actitudes precisamente premiadas en cada una de las magistrales narraciones del autor.

En ocasiones es incluso difícil discernir entre ficción y realidad precisamente porque lo realmente escalofriante de los relatos se consigue mediante su cimentación en una parcela de realidad, en una situación excepcional que todos hemos vivido recientemente y que en muchos sentidos aún desconocemos por entero... ¿y acaso no es la incertidumbre la peor compañera de viaje? El autor sabe jugar con esa idea, modelarla de diferentes maneras, y lanzárnosla en forma de múltiples relatos muy diferentes pero con los que, incluso cuando se escapan completamente de la realidad, podemos sentir la nota de inquietud propia de aquel que puede sentirse dentro de una atmósfera argumental que no nos resulta tan ajena.