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Crítica de Hefesto


Hefesto
07 September 2022
“Nunca volví a usar mi nombre después de tu muerte, Laura. le quedaba la huella de tu voz, y no quería que otros labios la borrasen con timbres ajenos e irritantes. Ni Fray Turbio ni Fray Nadie lo conocen. de hecho, fue mi empecinado mutismo el que sugirió al Abad la fundación de nuestra orden, con esos nombres hechos de la masa buena de las historias de santos”

No podemos aspirar a un sistema judicial infalible. Cada veredicto está irremediablemente sujeto a la subjetividad de los jueces y fiscales intervinientes. La imparcialidad es un ideal al que se aspira, pero que nunca se alcanza. Incluso si dicho sistema fuese totalmente analítico, si se pudiese dictar sentencia exclusivamente en base a datos y pruebas, dejando aparte ideologías y sentimientos, comparando cada hecho probado con sucesos similares y calculando minuciosamente todas las probabilidades, raramente se llegaría a una conclusión absolutamente definitiva. Un sistema así, frío, ciego, algorítmico e impersonal, solo sería totalmente eficaz si se contase con la completa certeza de conocer lo sucedido; exactamente igual que en el actual.

¿Y qué hay de los penados? Aun sabiéndose culpables, ¿Cuántos consideran justa su condena? ¿Cuántos la terminan siendo mejores personas? Que todos cumplan su castigo en un lugar similar independientemente del delito cometido, que vean los mismos barrotes y las mismas paredes de hormigón, que no puedan decidir ni siquiera a qué hora comer o a qué hora hacer ejercicio, obliga a los reclusos a mimetizarse, a la minoría a parecerse a la mayoría. al final, poco importa el crimen por el que se les condenara ¿No es este otro defecto de nuestro sistema penal?

Si quienes han que pagar por sus crímenes no lo hiciesen en una celda, tal vez llegasen a una conclusión distinta sobre lo que es la libertad.


“El término amigos implicaba una claudicante conformidad con nuestro cautiverio, el reconocimiento de que aquella situación era al fin y al cabo lo mejor a lo que podíamos aspirar”


Fray Turbio, Fray Nadie y Fray Último cumplen condena en Cerbero. No son frailes, aunque han creado su propia hermandad. Tampoco son sus verdaderos nombres, pero reconocerse así les permite olvidar quienes fueron y lo que hicieron. Viven extrayendo mineral día tras día, sin carceleros cerca, manteniendo sus fantasmas bajo control y sin posibilidad de escapar. Turbio y Nadie han conseguido seguir adelante sin pensar continuamente en el pasado, pero Último se empeña, a través de su diario, en mantener con vida a Laura, su víctima, su amor.
Cuando encuentran un mensaje en una botella, todo cambia. La rutina en la que se refugian se hace añicos y un nuevo anhelo arraiga en sus corazones: conseguir escapar.


“Ángeles de Uriel, seguid desconcertándonos, seguid zarandeando nuestra rutina. Y si lo que estáis es jugando, no os detengáis; seguid tirando los dados”


La ciencia ficción española ha encontrado un nuevo valedor en Daniel Cotta. La luz superviviente, Mención de honor del IV Premio Ciudad del Conocimiento, es una novela original, inteligente, hermosa y cargada de humanidad. Una de esas infrecuentes odiseas que, apoyadas en metas científicas plausibles, indagan en la esencia del ser humano y exploran algunas de las posibilidades filosóficas a las que tendremos que enfrentarnos en siglos venideros.
Su prosa es hermosa, pulcra y medida. Poética por momentos. Sus personajes, imperfectos y creíbles. Y el equilibrio que sostiene entre humor, acción y melancolía durante toda la narración, perfecto.


Siempre se ha dicho que el camino es más importante que el destino. Que los viajes realmente valiosos son los que nos conducen a nosotros mismos, aquellos que nos hacen entender quiénes somos y qué es lo que realmente amamos. No existe un solo universo. No existe un único tiempo. Y hay preguntas para las que no existe una única respuesta.


Acompañad a estos frailes en su huida. Ayudadles a entender lo qué buscan realmente, porque la felicidad, al igual que la libertad, no es lo mismo para todos. Os necesitan para encontrar sus respuestas, para entender qué es lo que da sentido a sus vidas. Protegedles de "los buenos" y, si cuando lleguéis a Luzleal no habéis logrado comprenderles, al menos podréis perdonarles.

Enlace: https://elyunquedehefesto.bl..
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