Antonia

Envidia es lo que me da leer este pedazo de libro.
Envidia porque por mucho que lo neguemos, todo lector empedernido sueña con escribir algún día un gran libro.
Envidia porque mis abuelos se merecen tanto como Antonia, que su nieto les escriba su vida, vida que atravesó una república, una guerra, una dictadura, una democracia y dos siglos.
Envidia porque esta señora Concostrina escribe como los ángeles y nos honra a todos los envidiosos con la historia de su madre Antonia, que es la madre de muchos y en mi caso, mi abuela, Antonia es Francisca, y Francisca es Antonia.
Gracias nieves, de mi parte, y de parte de mi abuela Francisca.