Teoria de la resta

Bajo el heterónimo de Osamu, Flavia Company vuelve de nuevo a traernos un pedacito de Haru. Para quien no conozca esta historia, le recomiendo que visite la reseña que hice en su día del libro aquí. Si no es nueva para ti, sabrás que Osamu es el padre de Haru. Y si, como yo, te quedaste con ganas de más, Teoría de la resta te traerá de nuevo todas aquellas emociones que viviste con Haru.

Aún siendo breve, esta es una lectura que estirar en el tiempo para poder no solo entenderla bien, sino interiorizarla en su totalidad. Y es que Teoría de la resta trae ochenta y una meditaciones, o lo que yo he entendido, reflexiones, que aunque sean dirigidas a Haru, no vienen nada mal. Para mí es la parte más disfrutable del libro, ya que como he dicho antes, recupera ciertas emociones que la lectura de Haru trajo consigo. Esta vez también me he sentido muy bien con las palabras de Flavia Company, he sentido una paz interior que ningún libro de otra autora me ha traído, y es por esto por lo que me decidí a leer este.

El koan que Osamu ofrece a Haru tiene su explicación inmediatamente después, lo cual es de agradecer, porque es difícil de comprender sin tener esa información. Para quien no lo sepa, un koan es un problema que el maestro plantea al alumno, según la tradición zen. En muchas ocasiones el koan puede parecer absurdo o incluso imposible de resolver, por eso en este caso nos da la respuesta un poco más adelante, y cierra el círculo que ha creado en el libro.

El único pero que encuentro al libro es que quería saber más de Haru, quería volver a disfrutar de sus aventuras y desventuras, de su aprendizaje, pero esto es algo que ya hice en su momento, y en este caso era obvio que todo se iba a centrar en las reflexiones de su padre. Un regalo por otra parte maravilloso, pero me quedé prendada de Haru y no puedo evitar echarla de menos. Igualmente, es un libro que pienso releer, ya que me ha aportado una sensación de paz y una cantidad enorme de reflexiones en las que quiero seguir pensando.

Recomendaría su lectura solo si se conoce a Haru con anterioridad o si al lector le interesan las reflexiones filosóficas. Sin estos intereses, creo que el lector puede estar algo perdido y no terminar de aprovechar la lectura de este precioso libro.