La mujer de blanco

La novela cuenta la historia de Walter Hartright quien viaja a Cumberland para dar clases de dibujo a dos hermanas, Laura y Marian. Tras conocer a una misteriosa mujer de blanco empieza a indagar sobre su pasado y el de la familia.

El autor usa la técnica de narradores múltiples, son los propios personajes quienes narran la historia a modo de testimonio (se nota que Collins fue estudiante de derecho). Por tanto, lo que cuentan es totalmente subjetivo y puede no se cierto, como pasa con las novelas epistolares. Collins aplica tan bien esta técnica que podemos ver diferencias de estilo e incluso de enfoque entre cada personaje.

Siendo una novela victoriana, el papel de la mujer es especialmente interesante. Se ve claramente el papel de ángel del hogar que se supone que tienen que cumplir las mujeres, y cómo la sociedad se escandaliza en caso de que se salgan mínimamente de dicho papel.

Es una novela sensacionalista, por lo que fue muy criticada en su época, ya que se consideraba que estas novelas buscaban simplemente atentar y provocar la moral victoriana y no aportaban nada a la literatura.

A mí me ha encantado. Es una novela adictiva, con escenas para todos los gustos: desde románticas, intrigantes e incluso humorísticas. En mi opinión, el interés no decae (se nota que era de folletín) y los giros de la trama hace que no puedas parar de leer (que no te engañen sus casi 900 páginas, se lee en nada).