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Rune y Poppy se conocen desde los 5 años y a partir de ahí se vuelven inseparables, se apoyan en sus sueños y dificultades. Pero por circunstancias ajenas a ellos, deben separarse y desde entonces nada será igual. La autora tiene una forma de narrar que transmite muchos sentimientos, te traslada a los lugares y llegas a experimentar las mismas sensaciones de los personajes. Además, tiene unas reflexiones acerca de la vida que te tocan el . Es una historia preciosa, muy bien llevada, pero a la vez es desgarradora. Nos sumerge en una montaña rusa de emociones, me ha hecho sacar sonrisas, pero he llorado mucho más y desde el principio, también de felicidad. Poppy es una chica que me ha encantado, aventurera por naturaleza, muy detallista y sobre todo me ha encantado su positividad. Es admirable la fuerza que despierta y que transmite a tod@s los que están a su alrededor. Los besos de Rune los atesora de una forma muy especial. Rune es un chico callado, pero que sabe como cuidar de Poppy, tiene unos gestos con ella maravillosos y un gran talento para captar los más pequeños detalles. También vemos su lado negativo, sus frustraciones, que lo hacen más real. Nos habla de un amor que me he creído por completo, me ha llegado muchísimo y va a ser difícil olvidarme de estos personajes. Tiene partes que me han parecido adorables. Os recomiendo un montón la historia, vais a sufrir, pero merece la pena de verdad. |
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