Tu sonrisa sin temblar

Preferiría muchas veces no ver a nadie: dolía menos que sentirse solo en compañía.

Con algunas personas toda precaución es poca.

Qué dificil es darse cuenta de que hay cosas que son el anuncio de otras. Una mirada, una palabra, una decisión... ¿Cómo podríamos imaginar que significan el comienzo de algo nuevo? Es decir, el final de lo que había hasta entonces.

Tan difícil como interpretar las señales ajenas era controlar las que uno emitía, muchas veces sin querer.

No hay que empeñarse en que nuestros amigos lo sean también entre sí; ese esfuerzo está condenado al fracaso.

Cuando uno hacía algo en grupo tenía que transigir con cosas que no se ajustaban a su ideal.

Las historias no terminan si sigue uno contándoselas a sí mismo o se las cuenta a los demás.

Las amistades pueden hibernar mucho tiempo antes de resurgir intactas.

Principios puede haber muchos, pero no sé si sucede lo mismo con los finales. Oué dificil es despedirse de una historia: saber cuándo debe terminar, decir «esto es todo», pasar a otra cosa.

Hay escenas, hay palabras, que nos acompañan toda la vida.