El corazón de Inglaterra

Vuelvo sobre los Trotter (Paul está ausente, ¡menos mal!), dedicados esta vez a reflejar la fractura, el resentimiento feroz de Inglaterra bajo los últimos gobiernos conservadores, con la asesina austeridad y esa alevosa manipulación y explotación del miedo a lo diferente que eclosiona en el despropósito del Brexit. Vemos personajes despechados, autoerigidos en víctimas de la corrección política, creadores de verdades (sacadas de la manga e incoherentes: los encuentros entre Doug y ese Nigel no tienen desperdicio), a Ben siendo nominado para el Booker y a su familia buscando su camino. El autor no se empantana en la negación y el enfrentamiento, ni en la mera huida: la grandiosa ceremonia de los juegos olímpicos, el The lark ascending (tan bien descrito que podría obviar su nombre) sonando como un bálsamo en la dolida Middle England y, ante todo, la trayectoria de Sophie nos ofrecen una respuesta, una afirmación, una construcción cívica, un faro entre el sonido y la furia.

Jonathan Coe es (mucho más allá del patente y profundo interés de lo narrado: tal vez mi preferido de él sea La lluvia antes de caer) un novelista fabuloso: capaz de mantenerte en vilo y hacer una lectura muy grata y llevadera de cualquier material que podría a priori parecer abstruso o pesado. La facilidad con que alterna los personajes sin provocar que te sientas perdido, su manejo de las imágenes y situaciones para reflejar las ideas y, lo que tal vez sea más destacable, su don para elaborar unos diálogos chispeantes y veraces, quizás de lo mejorcito que pueda recordar, hacen de él un escritor irrenunciable, uno que merece sin duda seguir de modo exhaustivo y siempre gozoso.