Hace veinte años, en un campamento, cuatro adolescentes entraron en un bosque. Dos aparecieron muertos. Dos jamás aparecieron. En la actualidad, el hermano de una de los chicos desaparecidos recibe información que le hará volver a preguntarse qué pasó aquella noche. Es el segundo libro que leo de este autor y volvió a volarme la cabeza. Este tipo sabe escribir thrillers. Te engancha, no te deja ir, te revela datos a cada rato y no para de haber giros hasta, literalmente, la última página. Hubo muchas cosas que me disgustaron del protagonista pero... a la mierda, se lo perdono. Una de las mejores lecturas del año.
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