Sobre todo me ha gustado la ambientación en ese El Cairo steampunk, con folklore autóctono tanto reciente como milenario. Una ambientación que me ha resultado muy atrayente y fresca. Seguimos a dos detectives que tienen que solucionar un caso de posesión a ¡un tranvía!. Es una novela corta muy simpática, diferente en cuanto a su ambientación y a los recursos para ayudarse en su cometido de los que hacen uso los detectives. Además, ambos personajes me han parecido bien caracterizados a pesar de lo corto de la novela, y me han caído bastante bien, todo sea dicho. Muy majetes. En cuanto a la trama, sigue los derroteros de una clásica historia de misterio que un par de detectives trata de resolver recurriendo a conocidos, a conocimientos ya adquiridos o a la biblioteca. El final es lo que más flojo me ha parecido, pero el epílogo es una monería. En general un libro con un trasfondo diferente en un Egipto modernizado a partir de la magia y los engranajes, con ese toque de novela detectivesca clásica, muchos dulces armenios, djinn, posesiones, la lucha por el voto de la mujer de fondo y un toque de cozy mystery. |