El pan a secas

Mohamed Chukri, a través de este libro autobiográfico, nos cuenta su vida desde su infancia hasta que cumplió 20 años. En estos 20 años el autor sobrevivió (sí, esa es la palabra justa) al entorno de la clase baja marroquí de los años 40-50.

Nació en un pueblo del Rif, allí donde la miseria azotaba con especial fuerza en aquellos años. Su padre, una auténtica bestia, desertó del ejército español (en aquellos años la zona norte de Marruecos formaba parte del Protectorado español de Marruecos) y tuvo que huir a Tánger, donde se instaló toda la familia.

En Tánger, Chukri aguantó mucho tiempo la violencia desproporcionada que ejercía su padre sobre ellos hasta que huyó de casa. Pasó del infierno de su casa al infierno de las calles. Insisto en la figura paterna del autor porque realmente fue una mala bestia, un villano, no tengo adjetivos más precisos para describirle. Hizo algo irracional que respalda mi descripción de dicha persona, quien haya leído el libro sabrá a lo que me refiero.

Ya en las calles, Mohamed Chukri nos cuenta en primera persona lo que vivió. Entre alcohol, burdeles y pipas de "kif" pasa unos años donde va dando tumbos. La vida le golpea, le escupe en la cara, se ríe de él y le degrada. Es pobre, es rifeño, es analfabeto. Es el ambiente ideal para ser feliz.

El autor escribe como lo siente, no quiere agradar a nadie ni quedar bien. En el texto hay insultos, palabrotas, obscenidades y en general bastantes barbaridades. A Chukri le da igual, pero no a las autoridades marroquíes, que prohibieron el libro durante casi 30 años.

Considero que el autor hace gala de una sinceridad elogiable, porque confiesa cosas que hizo que desde luego no son para estar orgulloso.

Otra cosa que me ha gustado es que no va de héroe, y tampoco de víctima. le hacen daño pero el también lo hace. No se porta bien con hombres ni con mujeres, es egoísta y no lo esconde.

Se trata de un libro que te da una imagen del Marruecos pobre de esas dos décadas desde el punto de vista de alguien que lo ha vivido en sus carnes.

He visto que esta es la primera parte de su autobiografía, tal vez lea la siguiente entrega.

P. D. : el autor aprendió a leer y escribir a los 20 años.