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Esta vez le gané a Poirot. El caso es muy curioso y parece imposible de resolver. Se trata de la muerte de un matrimonio ocurrida hace diez años. Nunca se esclareció si se trató de un pacto suicida, un asesinato seguido de suicidio o si hubo una tercera persona que mató a la pareja. La escritora de novelas policiacas Aridane Oliver era amiga de la familia y va a pedirle ayuda a nuestro querido Hércules para echar luz sobre este crimen. Ariadne y Poirot hacen un buen equipo, es interesante verlos interactuar compartiendo información y buscándola. Los diálogos que mantienen son lo mejor de la obra. El leitmotiv de los elefantes con su gran capacidad para recordar y la comparación con la mente de las personas es un buen hilo conductor y un código entre los investigadores del que nosotros como lectores participamos. En algunos momentos la información que se nos brinda es redundante y gira en torno a datos que ya conocemos sin aportar nada nuevo. La final me resultó predecible. A mitad del libro me imaginaba el desenlace y estaba segura de que, como la mayoría de las veces, me iba a sorprender. Y me sorprendió. porque la resolución del caso era la que venía pensando. En lugar de sentirme feliz, me decepcionó. ¿Será que desarrollé tanto las células grises que ya igualo a Poirot? ¿O será que este caso no está a la altura del detective belga? |
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Crítica de Lecturasparavivir
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