Cita con la muerte

Vuelvo con otra novela de Agatha Christie que, como ya os he contado, se ha convertido en mi obsesión de este verano. Y es que se trata de unos libritos que no ocupan nada, no pesan, por lo que una los lleva siempre en el bolso y aprovecha cualquier momento para leer, y que, además, consiguen atrapar la atención por completo y al instante. Si no habéis probado, tenéis que leerla.
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El título de hoy es Cita con la muerte (1938), también incluida en la colección del particular detective belga Hercules Poirot, que está de viaje por Oriente Medio y coincide con la tiránica señora Boynton, quien somete a su familia a una cruel dictadura. Utilizando el poder económico que ejerce sobre ellos, controla sus vidas hasta el extremo de no permitirles el trato con personas ajenas al círculo familiar y disfruta siendo testigo de su turbación. En el mismo destino se hallan también el doctor Gerard, al que fascinan los asuntos psicológicos, y Miss Sarah King, que acaba de terminar Medicina y se ha embarcado en el viaje para alejarse de la ruptura de su compromiso. Todos ellos resultarán figuras clave cuando la matriarca aparezca muerta y soliciten a Poirot una investigación extraoficial de lo que, sospechan, no fuera una muerte natural debida a los problemas cardíacos de la mujer.
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Muy entretenida, como siempre, con el extra de que Christie nos lleva a un destino exótico y nos permite unirnos a una excursión en las alturas. Además, la figura de la protagonista tiene un algo que a mí me evoca a nuestra Bernarda Alba lorquiana, tal vez por el carácter que, a fuerza, se le supone a una mujer como Mrs. Boynton, quien, en su juventud, había sido celadora en una cárcel, antes de contraer matrimonio y gestionar a su familia como si fuera su carcelera.
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