Asesinato en el Orient Express

Una tormenta de nieve. Un tren atrapado en la misma. Un asesinato. Y Hércules Poirot a bordo. Estos son los ingredientes con los que Christie remueve el caldero de esta novela policíaca a ritmo lento pero seguro, consiguiendo llevar al lector de un sospechoso a otro sin llegar a intuir quién de todos es el culpable.

Como es habitual en las novelas de la inglesa, observamos una escritura pulcra, cuidada, con un lenguaje nada recargado y con variopintos personajes muy bien caracterizados y con buena relación entre ellos. Diálogos fluidos. Sin incoherencias en el tema, la trama ni los personajes. Buena ambientación tanto de espacios como de ciudades. La personalidad de Poirot, siempre tan peculiar y, en ocasiones, irritante. La facilidad con la que la autora nos lleva por pistas falsas, por verdades a medias hasta concluir en un final, en este caso, bastante sorprendente. Buen mantenimiento de la tensión y el hilo conductor, aunque se aprecia un ritmo aún mas lento y quizá algo tedioso y monótono hacia la segunda parte o parte central de la obra.

Las novelas de Christie siempre me han gustado por su peculiar forma de ser escrita y manejada por la autora. Aunque conforme pasan los años pueden contrastar con otras novelas actuales del mismo género, no pierden vigencia ni actualidad.