Asesinato en Mesopotamia

Agatha Christie es fabulosa y mientras más la leo, más me gusta, en está ocasión nos lleva a Bangladesh en medio de una expedición arqueológica y a través de la narración de una enfermera que llega ahí para cuidar a la esposa del jefe de la expedición nos enteraremos de todos los hechos.
Sin duda, sobre la historia no hay mucho que pueda decir que no haya dicho antes, la mejor palabra para definirla es, ingeniosa, por muchos autores que lea, creo que nadie le gana en este rubro a Agatha, no es solo el que se le ocurran asesinatos ciertamente diferentes y ocurrentes, es también que no es de esas autoras donde una vez leído, has leído todos, fue una escritora fuera de serie por su enorme capacidad inventiva, pero sobre todo narrativa.
Eso es lo que me llama la atención, lo mismo puede escribir un libro en primera persona, que en tercera persona o con un narrador desconocido, aunque este último es el que menos me he encontrado, pero más allá de eso es que a pesar de que sus libros tienen, por supuesto, un sello característico, una manera muy peculiar siempre de, sobre todo, desenredar y desvelar los acontecimientos y al asesino, todo lo demás resulta siempre refrescante, en este caso ha sido precisamente conocer los hechos a través de los ojos y la mirada de un espectador que ni es cercana a Poirot y una completa desconocida para quienes leemos regularmente a Agatha, no es la primera vez que me encuentro con esto en los libros de Agatha, claro, pero aun así el que nunca sepas que te vas a encontrar a la hora de abrir uno de sus libros, me encanta.
Tengo una pequeña apuesta conmigo misma siempre que comienzo uno de los libros de Agatha y es si sabré adivinar quien es el asesino, debo confesar que me va ganando Agatha por goleada, pero en está ocasión si que adivine que era, lo que no me esperaba eran las motivaciones y lo que había detrás del asesino, solo Poirot habría sido capaz de deducir una cosa así.