Sin más respuesta que la VIDA. Un viaje al pasado, una novela que transpira verdad, una magnífica narrativa, un corazón en apuros, una moto, un saxofón y un protagonista de 15 años que en aquel momento no sabía que muchos años después iba a escribir un libro tan bueno como este. Me leí la novela en dos sentadas y no me hubiera importado que sus páginas se multiplicasen para disfrutar de dos o de doscientas sentadas más. |