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Me ha gustado mucho conocer el lado literario de Carme Chaparro. Elegante, directo al grano y, en la mayoría de ocasiones, sin andarse por las ramas. Inteligente y audaz; te atrapa a partir de cierto momento (no al principio, no al menos a mí), y no te suelta hasta un final inesperado que deja boquiabierto al lector. Es una lectura con la que se sufre. Se sufre muchísimo. Creo que es una novela arriesgada por el hecho del tema del que trata: la desaparición de niños. Es una novela cruda y muy dura para las que son madres, porque gracias a una narrativa ágil y auténtica empatizas con los personajes, los acabas sintiendo muy tuyos y es imposible salir indemne de una historia tan brutal como esta. ¿La recomiendo? Solo si estás preparado para la crudeza de lo que vas a leer...
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