Es un libro muy corto pero sobretodo intenso. Habla sobre el maltrato desde la perspectiva de la víctima, Prudencia. Mientras se va leyendo hay un juego y cambio de voces todas femeninas y partícipes de la violencia. No hacen nada para impedirlo y en cada episodio se ve como la amargura de Prudencia va creciendo poco a poco hasta acabar con ella. Aunque no me ha gustado leer esa novela, el mensaje me parece muy necesario. No ha sido para disfrutarla sino para pararse a pensar, sobre todo en la gente que envuelve a la victima, con las herramientas para actuar pero sin la voluntad que tanto hace falta. |